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                                                                                                                    25/03/2025      

Vuelven los colgantes que llevan un pedacito de Japón

En La Cabellera de Berenice creemos en los objetos con alma. Aquellos que cuentan historias, que nos recuerdan quiénes somos o hacia dónde vamos. Por eso, nuestra admiración por Japón no es casual: su cultura entiende el poder de lo simbólico, lo ritual y lo bello en lo cotidiano.

Hoy vuelven dos de nuestras joyas más queridas —y más esperadas—: los amuletos Daruma y Omamori, inspirados en tradiciones japonesas ancestrales y diseñados para acompañarte como talismanes personales.

El colgante Daruma está inspirado en una de las figuras más emblemáticas de la cultura japonesa: el muñeco Daruma. Tradicionalmente, se utiliza como símbolo de perseverancia y superación personal. Cuando se adquiere un Daruma, se le dibuja un solo ojo y se formula un propósito o deseo. Solo cuando ese propósito se ha cumplido, se dibuja el segundo ojo.

Nuestro colgante Daruma traduce esa tradición en una joya minimalista y poderosa. Su forma circular y compacta representa la capacidad de mantenerse en pie, incluso después de caer. En Japón se dice: “Nanakorobi yaoki” —“siete veces caes, ocho te levantas”—, y esta es la energía que encierra esta pieza.

Fabricado en plata 925 y plata 925 bañada en oro de 24k, este amuleto es perfecto para regalarte (o regalar) en momentos de cambio, comienzos, retos o simplemente como recordatorio de tu propia fuerza.


Ideal como joya significativa, como regalo de motivación o como talismán de nuevas etapas.

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Pequeñas joyas, grandes significados

El colgante Omamori está inspirado en los tradicionales omamori japoneses, pequeños amuletos de tela que se adquieren en templos sintoístas o budistas. Cada uno guarda en su interior una oración, un deseo o una protección. Lo mágico de los omamori es que no deben abrirse: su poder reside en lo invisible, en lo que se guarda en silencio.

Nuestro diseño reinterpreta ese concepto espiritual en una joya elegante y sobria. El colgante Omamori tiene forma de pequeña cápsula, como un relicario moderno. Puedes llevarlo cerca del corazón, con tu intención guardada dentro. No necesitas decirla en voz alta: basta con que la sientas.

Fabricado en plata 925 y plata 925 bañada en oro de 24k, este amuleto es un refugio íntimo para deseos, promesas o agradecimientos. Puedes convertirlo en tu joya de protección personal, o en un regalo lleno de intención para alguien a quien quieras cuidar.

Un poco de todo en Galicia

 

En Galicia puedes descubrir sus ciudades, puedes hacer una ruta de playas o puedes disfrutar de la puesta de sol en la terraza de algún bar con un Gin Tonic. Unas vacaciones completas con un buen sabor de boca. Tip: Si hablamos de playas, la de Castro de Baroña es una de las mejores playas gallegas por su belleza natural y por su castro celta que se eleva sobre el mar, la Playa de Rodas en las Islas Cíes es como entrar en un paraíso…y si hablamos de pueblos con encanto e historia, Combarro es un lugar que te sorprenderá. Y el puerto de San Xenxo para disfrutar de las noches de verano. 

 

El look: Las noches de verano son uno de nuestros momentos favoritos, una comida en los típicos correos gallegos tampoco está nada mal… por ello, esta vez nos decantamos por el look después de un día de playa, más elegante. En materia joyas, seguimos la misma línea y completaríamos el look con el Pendiente earcuff Dendera (toma nota de esta joya, vuelven a ser tendencia y la próxima temporada triunfarán), ¿combinado con el maxi anillo Lyra o con un anillo más minimal pero cargado de detalles, como el Anillo Sello Ícaro? 

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En un mundo donde todo va tan deprisa, llevar contigo un símbolo con significado puede ser un acto de belleza y conexión profunda. Tanto el colgante Daruma como el colgante Omamori son más que joyas: son pequeñas piezas de alma, de tradición y de deseo. Inspirados en el Japón que tanto amamos en La Cabellera de Berenice, vuelven para recordarnos que hay fuerza en lo invisible y belleza en lo simbólico.

Alberto Viso 

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